Formacion del personal de la FSDE sobre proteccion infanti

APRENDER A PROTEGER MEJOR AL NIÑO

Del 15 al 18 de agosto de 2022 se realizó una capacitación para el personal que trabaja en los Centros para niños y adolescentes de la FSDE en Pemba, con el objetivo de crear una cultura de atención y prevención y aumentar la conciencia y la responsabilidad con respecto al bienestar integral de los niños y la protección de sus derechos.

La violencia contra los niños es una preocupación a nivel mundial, ya que perjudica el desarrollo saludable y armonioso de los niños, y es uno de los mayores problemas socioculturales y de violación de los derechos humanos. A pesar de la complejidad del fenómeno, la lucha contra todas las formas de violencia contra los niños es urgente y fundamental.

Para mitigar este fenómeno, en las últimas décadas Mozambique ha demostrado un serio compromiso para armonizar las leyes nacionales con los instrumentos regionales e internacionales sobre los derechos humanos:

  • en 1994 ratificó la Convención sobre los Derechos de los Niños, publicada por las Naciones Unidas en 1989.

  • en 2001 fue uno de los miembros de la Unión Africana que firmó la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño.

  • En 2008, fue uno de los primeros países africanos en contar con un marco de protección jurídica y legal para los niños, con la aprobación de las tres leyes sobre la Promoción y Protección de los Derechos del Niño, la Prevención de la Trata de Menores y la Organización de Tutela.

Salvaguardar y proteger los derechos del niño, con el fin de promover su bienestar integral, es el núcleo de la misión de la Fundación “Semillas de Esperanza”, que tiene como objetivo promover la dignidad de cada ser humano, especialmente de los más vulnerables y excluidos. En nuestra acción socioeducativa, actuamos en armonía con los principios básicos de estas leyes, buscando el interés superior del niño, fomentando las mejores prácticas y promoviendo los valores y actitudes que garantizan estos principios.

Del 15 al 18 de agosto de 2022 se realizó una capacitación para el personal que trabaja en los Centros para niños y adolescentes de la FSDE en Pemba, con el objetivo de crear una cultura de atención y prevención y aumentar la conciencia y la responsabilidad con respecto al bienestar integral de los niños y la protección de sus derechos.

Se ha profundizado el tema de la conducta adecuada de los colaboradores y adultos en general en la relación con los niños y la importancia de crear ambientes seguros en nuestros Centros. La protección de los menores es, de hecho, una responsabilidad de todos los adultos, las organizaciones, la sociedad civil, las familias y la comunidad en general, y por esta razón, también nuestra. Aunque somos una pequeña parte en el cambio de mentalidad necesario, la Fundación desea hacer su parte para hacer que el mundo sea más seguro y justo para los niños.

Tras haber revisado y profundizado en el Protocolo de la Fundación para la Protección de Menores y Personas Vulnerables, los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre la forma adecuada de cuidar y estar con los menores, tanto en el Centro como en el entorno personal de la vida. El Código de Conducta de la Fundación advierte, en este sentido, sobre ciertas actitudes y comportamientos que pueden suponer un riesgo para la protección de los niños. Cada uno de los presentes estuvo activo tanto en los debates como en los testimonios personales realizados.

La profundización sobre los Factores de Rischio en la realidad cotidiana y en algunas circunstancias particulares ha llevado a aclarar mejor cómo cada educador y cada persona que, en general, trabaja en contacto con los niños, puede reconocer los signos que revelan situaciones de riesgo y aprender a mirar cuidadosamente las reacciones, el comportamiento y el estado emocional y físico de los menores, creando con ellos un vínculo más acogedor y digno. En la realidad de nuestros menores son de hecho frecuentes los abusos sexuales, la violencia doméstica, el comportamiento negligente por parte de los padres o tutores, la discriminación (por el hecho de ser huérfanos, desplazados, con enfermedades crónicas como el VIH-Sida y la lepra, con discapacidades, etc.), la sumisión al trabajo infantil pesado, la prostitución o los matrimonios infantiles.

Entre los Mecanismos de Protección implantados en nuestros Centros, se encuentran las actividades de Apoyo Psicosocial y Aprendizaje Socioemocional de las que se ha profundizado la distinción e interrelación.

En la realidad actual de Cabo Delgado, en la que los niños están sufriendo los efectos de una situación de inestabilidad marcada por el terrorismo, se hace urgente ayudarlos a desarrollar la resiliencia y la capacidad de recuperación después de la adversidad y las crisis. Al mismo tiempo, es importante saber responder a las necesidades psicológicas y sociales de los niños y adolescentes y ayudarles a adquirir las habilidades básicas para poder reconocer y gestionar sus emociones, definir y alcanzar los objetivos que se proponen, comprender las perspectivas de los demás, establecer y mantener relaciones humanas positivas, tomar decisiones responsables, etc.

Para una mejor comprensión del Aprendizaje Social y Emocional, se propuso una sesión práctica en la que los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre su capacidad de autogestión en las diversas áreas de la vida personal.

Las actividades de Formación Humana, Apoyo Psicosocial, Aprendizaje Social y Emocional y la atención prestada a los menores en los Centros de la Fundación o por sus familias, pueden no parecer nada frente a los muchos ejemplos contrarios que reciben por la sociedad, los medios de comunicación y algunas prácticas de su propia cultura, pero aún así marcan la diferencia y contribuyen al cambio de mentalidad necesario para crear una sociedad más rica en esperanza.

Con compromiso y responsabilidad cada vez más verdaderos por parte de nuestros colaboradores, ayudaremos a los niños a desarrollar habilidades de autoprotección y reducir los riesgos en el entorno en el que viven. Este será el éxito de la Fundación “Semillas de Esperanza”.