Salvador, portavoz de la esperanza

EL DESAFÍO DE UNA ENFERMEDAD QUE HA SIDO UNA CAUSA DE ESTIGMA SOCIAL DURANTE MILES DE AñOS

Salvador tiene 30 años y hace unos años empezó a notar manchas en su piel que no le picaban. Poco después, fue mordido por una serpiente venenosa y notó que las manchas comenzaban a convertirse en lesiones y luego en nódulos.

Pensando que era el efecto del veneno, su familia le aconsejó que contactara a un curandero tradicional. Sin embargo, el efecto no fue el esperado y la enfermedad empeoró. Luego fue al hospital, donde le recetaron un medicamento que no era apropiado y que, en lugar de mejorar, le hizo empeorar.

Salvador está casado y tiene tres hijos, de los cuales una ya se murió. Vive junto a su comunidad familiar de 36 miembros, entre ellos los padres ya mayores, en casitas cercanas y conectadas entre sí, como es costumbre en algunas familias africanas de las zonas rurales. Todos se dedican a la agricultura y viven de los productos que cultivan, cambiándolos a veces por otros alimentos necesarios como la sal, el pescado de río, etc.

Hace unos meses, cuando la enfermedad empezó a mostrar signos cada vez más evidentes en su cuerpo, Salvador oyó hablar de una mujer con lepra de la aldea vecina que había regresado recientemente de Pemba, curada. La gente del pueblo contó cómo todos pensaban que no había esperanza para esta joven madre, completamente desfigurada por la enfermedad, y de cómo después la vieron regresar a casa tratada, ¡y con su hijo recuperado de la desnutrición! Fue entonces cuando la comunidad del pueblo, animada por la experiencia de esta mujer, invitó a Salvador a ir a Pemba, al Centro Lambaréné, para ser atendido.

Nada más llegar al centro, Salvador fue sometido a un diagnóstico completo y recibió los medicamentos que lo curarán de la hanseniasis (lepra). Su felicidad es grande, incluso si la expresión de su rostro todavía expresa sufrimiento.

El tratamiento multiquimioterapeútico de la lepra multibacilar tiene una duración de 12 meses y está compuesto por varios principios activos muy potentes (rifampicina, dapsona y clofazimina), que deben tomarse bajo supervisión médica. De hecho, los efectos secundarios son muy agudos y causan anemia y otras reacciones graves que requieren un tratamiento prolongado de cortisona, a veces incluso durante muchos años.

En el Centro Lambaréné, las personas en tratamiento son monitoreadas diariamente, reciben la alimentación necesaria para aguantar la terapia; también se les presentan actividades promocionales que les ayudarán en la integración socioeconómica cuando regresen a su aldea.

La influencia positiva de las personas ya tratadas y su testimonio son herramientas fundamentales en el proceso de eliminación de la lepra en las áreas geográficas donde esta enfermedad aún es endémica.

La asociación ALEMO, con sede en el Centro Lambaréné, promueve que las personas tratadas de hanseniasis sean las portavoces de este gran mensaje de esperanza para quienes padecen una enfermedad que aún causa discriminación, aislamiento, humillación y sufrimiento extremo y que también está relacionada con unas condiciones de vida desfavorecidas y con la pobreza.